Historias
que
Impulsan
Creciendo sin fronteras
Javier Salazar
El talento en la
mayoría de las ocasiones es innato, pero el compromiso, en definitiva, es
cuestión de perseverancia, y esto define perfectamente a Javier Salazar.
En el año 2000,
Javier escucho por parte de un amigo que en Carvajal Empaques México estaban
buscando a un jefe de Logística de Embarques en la ciudad de Monterrey, y
teniendo algo de experiencia en el área, decidió postularse. Tras pasar varios
filtros, Javier recibió la noticia de que se embarcaría en un nuevo viaje
laboral.
En este proceso el
relacionamiento con los clientes fue cada vez más cercano para él, al punto que
preguntaban directamente con él, antes de contactar a los vendedores. Fue así
como el potencial comercial de Javier fue cada vez más notario para Ernesto
Vega, el entonces gerente de Ventas en la Región Norte de Carvajal Empaques
México.
“El señor Vega
empezó a recibir algunos comentarios por parte de los clientes, así que decide llamarme,
y sin yo saber de qué se trataba, me cuenta que le gustaría que fuera al área
de Ventas. Yo le dije que no sabía mucho del tema, pero pues me gustaría
aprender, y él dijo que yo ya lo hacía, pero no más que no me daba cuenta”. Después de unos meses, Javier logró llevar algunas cuentas comerciales
en México y con el tiempo algunas en USA.
Las oportunidades de
crecimiento siguieron llegando a la vida de Javier, pues el talento
innato para el relacionamiento y el compromiso en cada tarea que
desempeñaba lograron que, de nuevo, Ernesto Vega lo tomara en cuenta, diciéndole:
“sabes Javier, me voy a retirar y me gustaría que tú te hicieras cargo de la
gerencia de Ventas de la Región Norte”. Adicionalmente, el director de Ventas,
el jefe el señor Vega, lo contacta y le plantea que van a establecer un centro
de distribución en USA, y le ofrece irse. A Javier le hacen la propuesta el
viernes y el mismo lunes viajó con su familia en el mes de junio de 2007,
cuando Mariana tenía solo cuatro meses de edad, Iván tenía cuatro años y el
pequeño Javier, ocho. En ese año la sucursal en USA logró cifras en venta de 3
millones de dólares.
Ha sido un largo
camino para Javier y su familia, pero un largo camino que ha dado grandes
frutos. Actualmente, Mariana tiene catorce años, Iván tiene dieciocho y el
pequeño Javier, ya no tan pequeño, tiene veintidós; ellos y Angélica, el amor
eterno de Javier, son su motor en un trabajo arduo, que día a día tiene grandes
retos en un país extraño, un gran crecimiento que ha sido personal,
profesional, y que a su vez ha ayudado a generar para la sucursal de USA, una
cifra de 45 millones de dólares en ventas en el último año.
“En estos veinte
años dentro de la compañía, he visto como muchas personas han tenido la
posibilidad de crecer en la Organización Carvajal, aquí se forman seres humanos
con conciencia social, con conciencia ambiental, con ética, aquí se confía en
el talento y compromiso de los colaboradores, aquí se hacen las cosas bien”